Ser amigable, cortés y profesional a la hora de tratar con los clientes.
Ser ágil ejecutando el proceso de cobro, para que sea rápido y eficiente.
Conocer en detalle el menú, los precios y el sistema de facturación del restaurante.
Saber administrar las quejas.
Dar promoción a las ofertas vigentes.
Agradecer a los clientes por su visita e invitarlos a volver.